Columna por Carlos Araya, especialista de la Escuela de Administración y Negocios, y docente de ingeniería en marketing digital de Duoc UC.
El marketing digital ha pasado de ser una disciplina emergente a un componente fundamental en cualquier estrategia. Sin embargo, mientras las herramientas y metodologías evolucionan vertiginosamente, surge una inevitable pregunta: ¿estamos preparando realmente a los estudiantes para el mundo digital que les espera?
Recuerdo una de mis primeras clases como docente. Un alumno preguntó por qué no se impartía cierta plataforma en la malla. Mi respuesta fue simple: “Va a cambiar en seis meses (y así fue), lo que importa es saber para qué y cuándo usarla, más que el paso a paso”. Esa conversación ilustra el dilema al que nos enfrentamos: la velocidad del cambio supera nuestra capacidad para actualizar programas académicos.
Seguimos en un modelo que privilegia la teoría sobre la práctica, el dominio de herramientas específicas sobre la adaptación y el cumplir rúbricas por encima de buscar soluciones desde el pensamiento crítico.
La velocidad con que evoluciona lo digital hace que cualquier programa basado en el manejo técnico quede obsoleto antes de que los alumnos se titulen.
El desafío es complejo: ¿cómo conciliar fundamentos sólidos con un entorno en constante evolución? La respuesta está en repensar cómo ambos se complementan.
El verdadero valor de la formación no reside en transmitir conocimientos con fecha de caducidad, sino en desarrollar mentes capaces de aprender, desaprender y reaprender continuamente. Profesionales que no solo se adapten al cambio, sino que lo capitalicen como ventaja competitiva.
Necesitamos replantear cómo evaluamos estas competencias adaptativas, observando la manera en que los estudiantes enfrentan cambios inesperados y su capacidad para reformular estrategias cuando el escenario digital se transforma.
Por ejemplo, en Duoc UC implementamos Talleres integradores, con metodologías que desarrollan competencias transversales, desafiando a los estudiantes a resolver problemas estratégicos de empresas reales.
Las conversaciones en las aulas de marketing digital ya no deben ser solamente sobre plataformas o técnicas, sino acerca de cómo navegar un entorno profesional en transformación. Preparemos a nuestros estudiantes para el verdadero desafío: no sólo comprender el mundo digital de hoy, sino construir el de mañana.