La ciencia detrás del CRO

Gonzalo Jiménez Olivares, gerente de soluciones de Radar.


Ya han pasado más de 300 años desde que Sir Isaac Newton nos demostró que el universo podría ser descrito con tres simples leyes. Entre ellas, la tercera profesa que “por cada acción, hay una reacción igual y opuesta”. 

Luego de un largo tiempo, esta ley de la física moderna nos invita a aplicarla en conceptos no-físicos, de materias blandas y ciencias no deterministas como el marketing y, más específicamente, el marketing digital. Una disciplina que, sin querer, utiliza el mismo precepto, pero ahora desde un punto de vista menos científico como lo es la física y mucho más experimental.

Cuando realizamos cualquier estrategia y aplicamos acciones de marketing, lo que estamos buscando es entregar el mayor valor posible al mercado y sus consumidores, pero ¿qué pasa cuando todo ese esfuerzo se ve mermado por números en rojo u objetivos no cumplidos? 

Muchas veces somos ciegos frente a nuestro éxito y nuestra visión se sesga en el momento de recibir los resultados. La incansable búsqueda de esa venta o de esa campaña impecable que sentíamos que traería los más jugosos y dulces frutos una vez terminada, nos limita una y otra vez a no entender que muchas veces no estamos midiendo lo que corresponde medir, nos desesperamos con tan sólo no entender qué pasó o qué error cometimos en el camino. 

El tema es que muchas veces no es que hayamos cometido errores, tan sólo medimos mal, pusimos el termómetro donde no correspondía, quisimos ventas y logramos seguidores: ¿es acaso una mala acción o es tal vez una acción mal medida en donde no nos adelantamos lo suficiente a su reacción?

El CRO no es más que entender, en una suerte de laboratorio de pruebas, cuál es el mejor camino para lograr nuestros objetivos. Es una búsqueda, es una mejora continua a nuestros procesos. 

Cuando hablamos de herramientas, tenemos un sinfín de ellas, una más tecnológica que otra. Muchas veces, al implementarlas, nos damos cuenta que no sabemos cómo desarrollar una estrategia basada en CRO, que la herramienta “nos quedó grande” y esto no es por que seamos malos dentro de nuestro campo o que el cliente no sepa bien cuáles son sus objetivos. 

El problema es que estamos alejándonos de ese concepto inicial que nos ayuda a modelar nuestro mundo, nos perdemos en sobre pensar en vez de, naturalmente, volver a esa reacción que tuvo nuestra acción.