Javier Marín, director senior healthcare Américas de Llorente y Cuenca, asociados de la AMDD, opina sobre los avances en cuanto a la búsqueda de una vacuna para la COVID-19 y los desafíos que enfrentan las empresas farmaceúticas que en este escenario se debaten entre el bien de la población y su reputación como negocios que deben ser rentables.
A mediados de diciembre se detectó por primera vez el SARSCoV-2, renombrado como Covid-19, pero cuando encontraron su origen, el virus ya se había esparcido porque, a diferencia de otros como el SARS Cov-1, este permanece oculto por mucho tiempo. No obstante, a cinco meses de esta crisis sanitaria y económica, ya hay visos de esperanza para curar e inmunizar a la población, gracias al trabajo a marchas forzadas de decenas de científicos alrededor del mundo que cada vez están más cerca de encontrar medicamentos que prometen a la humanidad poner fin a este letal virus.
En la carrera por el desarrollo de terapias y vacunas, científicos en China, Alemania y Estados Unidos están al frente de las investigaciones.
Hoy la sociedad exige compromiso científico y social para lograr la pronta cura e inmunización humana con pruebas de diagnóstico, medicamentos y vacunas de alta eficacia, porque ya suman 3.7 millones de contagiados y más de 268 mil muertos alrededor del mundo por Covid-19.
La carrera científica para crear medicamentos contra el virus hoy la encabeza Gilead Sciences, el fabricante de remdesivir, porque ya recibió una autorización de uso de emergencia de la FDA para el tratamiento de algunos pacientes gravemente afectados por el coronavirus, después de que ensayos clínicos mostraran que remdesivir mejoró el tiempo de recuperación para pacientes con coronavirus y también puede reducir la probabilidad de que mueran. Remdesivir es un antiviral, que de acuerdo a información de Gilead, había sido estudiado previamente para el tratamiento del Ébola.
El tema del posible precio del remdesivir, después de que ocurra la donación del 1.5 millones de dosis, está en debate entre analistas de Wall Street, grupos de defensa de derechos de consumidores y pacientes, y expertos en la industria farmacéutica. Se propone desde un precio
razonable que no afecte la rentabilidad futura de la empresa, hasta el sólo cobrar el precio de manufactura.
La OMS declaró recientemente que estaba en pláticas con Gilead para lograr que el producto esté disponible ampliamente, aunque la empresa no se ha pronunciado en torno al precio. El tema aquí es si se valorará la innovación, reconociendo un costo que incluya el de la I&D, así como del impacto que éste valor pueda tener para crear las condiciones favorables –o no- para la innovación. Es decir, el debate sobre el acceso casi gratuito a las nuevas terapias y vacunas puede desincentivar la investigación de empresas farmacéuticas por no poder amortizar el enorme costo que supone los recursos destinados a la investigación y desarrollo de nuevas alternativas.
Gilead aún espera la aprobación regulatoria del fármaco por parte de agencias regulatorias de muchos países, tan pronto terminen los estudios científicos que están corriendo y que los resultados confirmen los datos con que se autorizó por emergencia el uso de remdesivir en Estados Unidos.
Japón también otorgó autorización de emergencia para el uso del remdesivi como tratamiento contra el SARS CoV-2, sólo tres días después de que el fabricante solicitara la aprobación para su nuevo antiviral.
Retos adicionales para Gilead y para cualquier empresa fabricante de un nuevo fármaco o vacuna los representan la estrategia de comunicación y relacionamiento para que tanto los reguladores, tomadores de decisiones, comunidad médica y la opinión pública valoren atributos como el compromiso, la innovación y la contribución. Es decir, conseguir que el mercado premie la contribución en lugar de castigarla.
Otro punto crítico para cualquier compañía que esté investigando una terapia, vacuna o incluso pruebas de diagnóstico lo representa la participación activa en la conversación para generar un relato orientado a generar aliado informados, evitando la actual situación que provoca un vacío informativo que no conduce a una correcta valoración del producto e incluso a calificar negativamente a los fabricantes.
Por su parte, la farmacéutica Roche también recibió la aprobación de emergencia de la FDA para una prueba de anticuerpos contra el coronavirus y prometió una rápida producción. La empresa española Grifols informó también del desarrollo acelerado de una prueba diagnóstica específica de alta sensibilidad para detectar el virus. Sin duda, además de medicamentos y vacunas, urge disponer de tratamientos de diagnóstico.
En cuanto a conseguir la inmunización humana, la OMS anunció que están en proceso 102 posibles vacunas para covid-19 en todo el mundo, 8 de ellas autorizadas, 7 ya para pruebas en humanos, un trabajo en tiempo record que lleva 3 meses, pero aún se encuentran en desarrollo, 4 en China y las restantes en Europa y Estados Unidos. Pfizer aceleró sus investigaciones y estima que para fin de año tendrá lista la vacuna. Virólogos como los españoles Luis Enjuanes, Isabel Sola y Sonia Zúñiga del Centro Nacional de Biotecnología de España (CNB-CSIC) consideran que, en el mejor de los casos, se tardarían entre 12 y 18 meses para tener la vacuna lista.
Si bien los avances en la investigación son esperanzadores, autoridades de salud como la OMS, científicos, especialistas y cuerpo médico están preocupados por las decisiones gubernamentales de abrir las restricciones anticipadamente, presionados por la crisis económica generalizada, ya que para algunos gobernantes, la crisis económica puede ser peor que la pandemia. La decisión de impulsar la economía por encima de la salud de la gente puede ser contraproducente, porque incrementa el riesgo de una segunda ola de contagios, y un golpe aún mayor a la economía.
En una situación como la que estamos viviendo, la industria farmacéutica se enfrenta al reto reputacional más grande de la última década porque, por un lado la investigación y desarrollo de un producto que mejore o salve vidas siempre es valorado, pero por el otro aún persiste la creencia de que cualquier avance científico debería estar disponible de manera gratuita.
Ante esto, cualquier empresa farmacéutica dedicada a la investigación y desarrollo de medicamentos y vacunas debe plantearse una estrategia de vinculación global y local, ya que, ante la emergencia, es posible que agencias reguladoras de diversos países puedan aprobar con base en los criterios de las grandes agencias como la FDA, EMEA o agencias como la de Japón y evitar correr los tiempos que tiene estipulados cada agencia.
La estrategia debe incluir un relato adaptado para diferentes públicos y canales, es decir, una comunicación global que permita la localización y considerar la inmediatez y transparencia que se requiere con un rol muy activo en los frentes de discusión frente a diferentes audiencias como autoridades locales, comunidad médica y periodistas, esto evitará vacíos de información que puedan impactar negativamente la percepción de la empresa y negocios futuros.
Por ahora, hay mucha información en torno a la investigación y desarrollo de medicamentos y vacunas, y a pesar de que temas como el tiempo para tenerlos disponibles y el acceso aún son inciertos, la esperanza en la innovación prevalece.
La actual contingencia trae consigo la oportunidad para que las empresas farmacéuticas den un giro a la percepción y se vinculen con sus audiencias, para que estas valoren la contribución social más preciada en esta pandemia: los nuevos y eficaces medicamentos y vacunas.
Seis recomendaciones básicas:
1: Contar con un plan de acción: Las empresas que están dirigiendo esfuerzos a investigar y desarrollar terapias inovadoras, pruebas de diagnóstico y potenciales vacunas, deben contar con un plan de acción, previendo escenarios y no actuar de manera reactiva. Es imprescindible estar preparados para actuar con rapidez y procedimientos definidos que eviten la improvisación.
Gobiernos, Comunidad Médica y Científica, y Sociedad en General están a la expectativa de los resultados de la investigación y desarrollo de nuevas alternativas, nunca antes la información científica había tenido tanto espacio para difusión y discusión en foros, reuniones y medios de
comunicación tradicionales y online, por lo que estar preparados es prioritario.
2: Construcción de Narrativa: En un contexto de incertidumbre en donde la sociedad se siente vulnerable y con la esperanza puesta en los expertos en salud pública, en los científicos y en las empresas farmacéuticas, se pone de manifiesto la necesidad de vacunas y fármacos seguros y eficaces para afrontar la emergencia sanitaria.
Este contexto representa una oportunidad única para construir una narrativa que modifique la percepción negativa y recupere el valor que tiene la industria farmacéutica como actor fundamental para mejorar sistemas de salud, y ayudar a médicos a ayudar a sus pacientes.
Comunicar adecuadamente el alto costo y proceso para lograr que un medicamento sea eficaz y seguro, justo en el momento en que se requiere una respuesta rápida, puede contribuir para posicionar oportunamente la contribución social de una industria que investiga para mejorar y salvar vidas.
3: Entender Conversación y Tener un Rol Activo: Las redes sociales ocupan cada vez más espacio en la conversación y las empresas no pueden permanecer expectativas a ésta conversación que va desde la especulación hasta canales activos para informar sobre avances científicos, políticas públicas y respuesta de la sociedad.
Las empresas deben tener un rol activo, primero implementando un sistema que permita analizar, filtrar y valorar el contenido y segundo, participando con una narrativa adecuada, esto generará liderazgo con credibilidad y confianza.
4: Estrategia Global y Adaptación Local: Es imprescindible que las acciones globales tengan una adaptación local, es decir, comunicar el mismo mensaje pero identificando objetivos y oportunidades con agencias reguladoras, líderes de opinión, tomadores de decisiones y medios de comunicación, que no sólo valorarán el recibir la información de primera mano, sino que serán audiencias informadas que pueden modificar la percepción de la empresa y contribuirán a evitar el vacío de información que genera percepciones negativas.
5: Relato Adaptado para Diferentes Públicos y Canales: Las empresas deben ser capaces de identificar las principales audiencias, sus necesidades de información, así como los canales efectivos para hacer llegar la información adaptada. Esto garantizará un plan de comunicación y relacionamiento efectivo que facilite la comprensión del mensaje con un enfoque en logro de objetivos específicos para cada audiencia.
6: Inmediatez y Transparencia: Ante situaciones como la emergencia sanitaria que estamos viviendo, la información debe distribuirse de manera oportuna, el concepto de inmediatez cobra especial relevancia para evitar especulaciones y desconfianza hacia la empresa; además que permite ganar espacios y saciar la sed de noticias.
Es importante también comunicar con transparencia, la información que se proporcione debe ser clara y puntualizar los temas que no se pueden comunicar, ya sea porque es información confidencial o por que no se tiene la información disponible, por ejemplo, resultados concluyentes de estudios científicos. Los posicionamientos que permitan responder de manera clara y oportuna son críticos.