Verónica Rodríguez, directora suplente AMDD y country manager South Cone de Mediastream.
A menudo me preguntan cuál es la clave para triunfar con el contenido hoy. Y la respuesta, aunque parezca obvia, es clara: más video. Basta con mirar alrededor. Desde los clips verticales que consumimos horas al día en el celular, hasta los podcasts que hoy evolucionan en su mayoría a vodcasts, el video se ha convertido, sin duda, en el verdadero monarca de la comunicación digital.
Pero aquí está el punto que me tiene reflexionando: el video será el rey, sí, pero su reinado es inútil sin su reina, la distribución. Y en esa relación, algo se ha desbalanceado.
Piénsenlo. Subimos contenido a las grandes plataformas y, de pronto, dejamos de ser dueños. Cedemos control, monetización y hasta el futuro de nuestro trabajo. Es como entregar la corona a otro. Queremos llegar a millones, pero pagamos el precio de perder libertad.
Retomando el poder
La buena noticia es que el tablero está cambiando. La revolución del video no está solo en su popularidad, sino en la posibilidad de recuperar el control. Aquí entran en juego la tecnología y la inteligencia artificial: no como un reemplazo de las plataformas, sino como una extensión de nuestro propio poder. Herramientas que nos permiten almacenar, proteger y decidir cómo, cuándo y dónde distribuir nuestro contenido. En definitiva, volver a ser los verdaderos dueños.
Para el marketing, esto marca un antes y un después. Ya no basta con producir un buen video; es indispensable diseñar una estrategia de distribución que juegue a nuestro favor. El video atrae audiencias, pero es la distribución la que las transforma en clientes, comunidad y en valor sostenible.
El mensaje es simple: el video es poderoso, pero su verdadero potencial surge cuando quienes lo crean tienen el control. Hagamos que el rey y la reina trabajen juntos para nosotros, y no al revés.
Este y muchos otros aspectos son los que abordamos como AMDD, a través de socios y expertos, en esta edición especial.
