Alexis Cirano, director de Tecnología OMG Chile.
En el vertiginoso mundo del marketing digital, la optimización de la tasa de conversión (CRO) siempre ha sido la piedra angular para transformar el tráfico en resultados tangibles.
Durante mucho tiempo, las herramientas de anuncios se centraron principalmente en la captación de tráfico. Métricas como las impresiones y los clics eran los reyes, pero a menudo dejaban un vacío en la comprensión de qué ocurría después del clic. ¿Se traducía ese tráfico en clientes reales? ¿Se estaban aprovechando al máximo los presupuestos publicitarios? La respuesta, con demasiada frecuencia, era un incierto «depende».
Es aquí donde la inteligencia artificial (IA) emerge no solo como una herramienta, sino como la prometida perfecta que busca ser la compañera de vida que permita redefinir las estrategias de CRO.
La IA se presenta como la aliada ideal: analiza datos, identifica patrones y sugiere estrategias para optimizar la conversión. El CRO confía en sus recomendaciones para captar clientes y mejorar la experiencia de usuario, en un mundo donde la atención es escasa y la cantidad de datos desafía las capacidades humanas.
Como en toda buena relación viene la etapa de convivencia, donde ambos deben aprender a entenderse y complementarse. La IA no sólo ayuda a optimizar campañas, sino que también automatiza tareas repetitivas, liberando al CRO para enfocarse en decisiones estratégicas.
Sin embargo -como en toda relación- no todo es color de rosa. Surgen desafíos como la gestión ética de datos, la dependencia tecnológica y la necesidad de mantener el toque humano en las relaciones comerciales. La terapia de pareja, en este caso, puede ser la revisión constante de resultados y la actualización de algoritmos para evitar desajustes.
Finalmente, ambos miran hacia el futuro con optimismo. La IA evoluciona, aprende y se adapta, mientras el CRO sigue innovando en nuevas estrategias. Juntos planean un futuro donde la tecnología y la creatividad humana se entrelazan para lograr un crecimiento sostenible y una experiencia de cliente excepcional.
En OMG Chile creemos que esta unión entre CRO e IA no sólo es inevitable, sino necesaria para enfrentar los retos del mercado moderno. Y, como en toda relación duradera, la clave está en la confianza, la comunicación y la voluntad de crecer juntos.
