Camilo Sáez, director de diseño y desarrollo en Edgy.
En Edgy creemos que la verdadera transformación digital ocurre cuando la tecnología se pone al servicio de las ideas. La irrupción de la inteligencia artificial generativa ha cambiado la manera en que pensamos, diseñamos y producimos contenido, pero lejos de reemplazar la mirada humana, se ha convertido en una extensión de nuestra creatividad.
Cuando decidimos incorporar IA en nuestros flujos de trabajo, lo hicimos con un objetivo claro: potenciar la creatividad y la eficiencia de nuestros equipos, abriendo espacio para imaginar más, en menos tiempo. Comenzamos aplicándola en dos áreas claves, generación gráfica y desarrollo web, en marcas que permiten el uso de IA en sus procesos creativos.
Así, experimentamos con Joy Spritz, de Concha y Toro, para el mercado del Reino Unido y con Los Mentirosos, también de la misma marca en Chile. En ambos casos, utilizamos herramientas como Flux, Runway, GPT-5, Sora y Google AI Studio para generar prototipos visuales a partir de prompts diseñados por nuestros equipos creativos.
Este proceso nos permitió idear y presentar conceptos visuales con mayor agilidad, coherencia y profundidad estética, alcanzando un resultado visual y conceptual que conectó de forma natural con el espíritu de cada marca.
Para la producción final recurrimos a las herramientas IA, líderes en calidad profesional de generación de imágenes y video, logrando un acabado natural y realista. Estas herramientas no sólo optimizan tiempos y recursos, sino que abren las puertas a una creatividad más accesible, especialmente en proyectos con presupuestos acotados, donde la innovación no puede quedar fuera de la ecuación.
Paralelamente, nuestro equipo de desarrollo ha integrado la IA para automatizar tareas complejas, resolver desafíos técnicos y construir bases para nuevos sistemas internos.
Cada avance reafirma nuestra convicción: la inteligencia artificial no reemplaza el talento humano, lo amplifica. En Edgy creemos que el futuro de la comunicación está en esa colaboración virtuosa entre la inteligencia creativa y la tecnológica, donde las buenas ideas siguen siendo el centro de todo.





