Criterio: el ingrediente de la era digital

Catalina Morales, directora ejecutiva de Agencia Road, escribe sobre el cambio cultural que ha implicado la implementación de la IA en la industria, como una tendencia para el 2026.


Vivimos en una época en la que todos tenemos acceso a herramientas, datos e inteligencia artificial. Nunca había sido tan fácil producir, crear o publicar. Pero entre tanto contenido, el verdadero valor no está en hacer más, sino en elegir bien.

No se trata sólo de generar y generar información, sino de encontrar aquello que tiene sentido para conectar con las audiencias que queremos alcanzar.

El criterio es ese ingrediente invisible que define el propósito detrás de cada acción digital. Una mezcla entre formación, experiencia y humanidad. El criterio no se descarga ni se automatiza; se construye con tiempo, práctica y propósito.

En medio de tanta información, es lo que permite distinguir entre el ruido y el valor, entre lo urgente y lo importante. Es lo que convierte el hacer algo con sentido y el comunicar con dirección. Mientras el conocimiento da información, el criterio da dirección. El conocimiento me dice qué hacer; el criterio me recuerda cómo y por qué lo debo hacer.

Humanizar la tecnología no significa resistirse a ella, sino guiarla con intención. Es recordar que detrás de cada algoritmo hay una persona, una intención y una historia que contar.

Hoy la inteligencia artificial amplifica lo que somos: si hay criterio, hay valor; si no, hay ruido. Nuestro rol como estrategas, curadores o comunicadores nunca había sido tan importante. Necesitamos ser profesionales capaces de darle alma a los datos y sentido a la automatización.

En mi día a día trabajo con herramientas de IA generativa como ChatGPT, Gemini y Copilot para apoyar procesos de estrategia digital, ideación y bajada de contenidos. Las utilizo para inspirarme, investigar tendencias, ordenar ideas o crear primeros borradores. La IA me ayuda a acelerar procesos, pero el criterio me ayuda a decidir qué vale la pena decir.

En Agencia Road he comprobado que la IA puede ser una gran aliada para multiplicar opciones, pero nunca reemplaza la intuición, la sensibilidad ni la coherencia que se necesitan para conectar con las personas.

La IA me da velocidad; el criterio me da sentido. Y cuando ambas dimensiones se equilibran, la comunicación se vuelve más humana, más útil y más auténtica.

La tecnología seguirá evolucionando, pero el propósito seguirá siendo humano. Podremos tener más datos, más herramientas y más velocidad, pero sin criterio, todo se vuelve superficial y repetitivo.