Video: claves de dominio que parece no tener fin

Desde que YouTube apareció en 2005, millones de videos han corrido por el ciberespacio: hoy esta red tiene más de 2.500 usuarios activos con temáticas para todos los gustos. Instagram le siguió en 2010, donde actualmente los stories y los reels marcan la pauta, y a partir de 2016 TikTok planteó un nuevo paradigma con videos cortos a partir de 15 segundos. El formato hoy es replicado también por retailers como Mercado Libre, para impulsar nuevas formas de venta. Estas y otras plataformas muestran por qué el video es, para muchos, el rey del contenido.

Por Jorge Velasco Cruz.


Durante los últimos años, el video se ha consolidado como un medio con alto potencial para que personas, empresas y marcas generen vínculos con las audiencias. “Cuando hablamos de contenido digital, el video marketing se posiciona como un formato clave”, afirma Natalia Zuca, directora general de ingresos del eCommerce Institute.

“Su versatilidad para informar, entretener y activar decisiones de compra responde a un entorno donde la tecnología, la personalización y la búsqueda de experiencias auténticas convergen como aceleradores clave”, apunta Carlos Hetzel, Senior Manager de Accenture Song Chile

Para Pancho González, CCO de Inbrax Chile, la clave para su posicionamiento está en entender cómo se comunican actualmente las personas: el celular se transformó en la nueva televisión y las redes sociales son el principal espacio de conexión.

En ese contexto, el video logra algo que ningún otro formato ha conseguido con la misma fuerza: emocionar de manera inmediata, romper el feed, detener al usuario en medio del scroll, generar conversación y que muchos se queden horas haciendo scroll down

“Por eso el video es el rey: emociona, mide, se adapta y refleja mejor que nada el espíritu de una era donde ver y escuchar pesa más que leer. Quienes no lo integren como pilar de su estrategia, corren el riesgo de quedarse atrás en un mercado que ya es eminentemente audiovisual”, concluye González. A ello se suma la irrupción de la inteligencia artificial, que en los últimos años llegó a redefinir el video en escala e impacto.

Estas son algunas claves que estos expertos entregan de por qué el video se ha consolidado como uno de los formatos más utilizados para comunicar.

Educación, inspiración y decisión 

El video ha evolucionado hacia una herramienta de aprendizaje emocional, accesible y efectiva. Según el estudio Life Trends 2025 de Accenture, hashtags como #financialfreedom y #passiveincome acumulan millones de visualizaciones, lo que demuestra cómo los usuarios buscan comprender temas complejos —como finanzas personales— a través de formatos peer-to-peer que generan confianza y cercanía.

Conexión emocional e influencia 

“El video tiene la capacidad de humanizar a las marcas, de pasar de un mensaje frío a un relato que conecta con la vida real de las personas, sobre todo si está producido de manera muy orgánica”, dice González.

El mismo estudio Life Trends 2025 muestra que un 68,2% de las personas declara mayor disposición a interactuar con marcas que educan mediante videos o blogs. Su impacto es doble: por un lado emociona y genera fijación en el recuerdo y, por otro, permite medir con precisión su rendimiento, desde la retención hasta la viralidad. “Esa mezcla de creatividad y performance es lo que lo hace tan poderoso”, afirma el CCO de Inbrax Chile.

“Esta narrativa experiencial tiene impacto directo en decisiones de consumo, especialmente en verticales como salud, bienestar y servicios financieros”, acota Carlos Hetzel, de Accenture.

Flexibilidad

El video –explica Pancho González– se adapta a cualquier pantalla, cualquier tiempo de atención y a cualquier narrativa: un reel de segundos, un live streaming, una experiencia inmersiva en realidad aumentada o una pieza larga de storytelling. “Lo más importante es que tiene un efecto multiplicador: se comparte, se comenta, se transforma en meme con vida y sigue viviendo más allá de la pauta original, además de poder interactuar con él”. 

Formato corto, efecto prolongado 

“La capacidad del video para inspirar en segundos explica su hegemonía”, afirma Hetzel. Un 63,2% de los encuestados por Accenture afirma encontrar ideas en redes sociales para mejorar su día a día, cifra que asciende a 74,1% en el segmento de 18 a 34 años. “Movimiento, sonido y síntesis lo convierten en el formato ideal para captar atención en contextos de alta competencia”, señala el ejecutivo.

Escalabilidad e hiperpersonalización con IA

La inteligencia artificial generativa se ha convertido en un gran aliado para la creación de contenidos, sin perder relevancia ni precisión. Permite ajustar mensajes en tiempo real, optimizar audiencias y diseñar experiencias a medida, posicionando al video como un canal de alto valor en estrategias de branding, conversión y retención.

Existen múltiples herramientas que pueden ayudar a ahorrar tiempo y mejorar resultados, desde ChatGPT para apoyar en la redacción de guiones, hasta Runway para la edición de videos.

Interactividad

Los videos interactivos son una de las grandes tendencias de marketing digital. Según Vidyard (2025), este tipo de contenido genera más de un 47% de tiempo de visualización y mejora significativamente la tasa de conversión.

Autenticidad como activo estratégico

En un entorno saturado, la confianza es esencial. Con un 59,9% de usuarios que declara desconfiar más del contenido online que antes (Life Trends 2025 de Accenture), el desafío  para las marcas –señala Carlos Hetzel– consiste en integrar propósito, transparencia y valor en su propuesta audiovisual para tener la ventaja competitiva en el ecosistema digital.

En este escenario, el contenido audiovisual, especialmente el protagonizado por creadores e influencers, es percibido como auténtico. “El 83% de las personas prefieren ver videos reales frente a producciones demasiado pulidas (dato de Wyzowl, 2025).

Por eso, lo espontáneo gana protagonismo, tanto en los videos creados directamente por la marca como en los generados por influencers”, complementa Natalia Zuca.